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Carlos III prohíbe las corridas de toros en todo el país. Comienza un período de 60 años en el que las obras de fábrica no avanzan. Los trabajos realizados se limitan a reparaciones en la parte que seguía siendo de madera y numerosos arreglos. Algunas reformas tuvieron incidencia en el posterior desarrollo del proyecto, como la posible reducción del ruedo en 1830, con la aparición de los burladeros en sustitución de los huecos que debía haber en la barrera. Esta reforma posiblemente dio lugar en el callejón a las localidades llamadas «cajones», primero de madera y luego de fábrica, que anteceden a las localidades que hoy se llaman de barrera.